In today's Gospel, there are 2 lessons that I find very interesting. Jesus in trying to teach us about the Kingdom of God and the life of Heaven gives us a strange parable about a king inviting guests to a wedding banquet for his son. In doing, so the first to be called rejected the invitation. What I find interesting is that the king, then sent out his servants to indiscriminately invite everyone who they encountered to come to the wedding feast. It is a reminder that all are called to the life of heaven. It is an invitation that was first presented to the Jews, then to all, everyone in the world. The second lesson that struck me was the one man who came to the feast not dressed properly. He was thrown out for not preparing himself properly for this moment of encounter that would take place at the wedding feast, where he would at some point be presented to the son and to the King. It is a lesson of Final Judgment. It is not good enough to simply die having accepted the invitation to heaven, we also must conform our lives to be ready to enter into the eternal banquet and to be in the presence of the Son. ............................................................................................................................................................. En el evangelio de hoy hay 2 lecciones que me parecen muy interesantes. Jesús, al tratar de enseñarnos sobre el Reino de Dios y la vida del Cielo, nos cuenta una extraña parábola sobre un rey que invita a invitados a un banquete de bodas para su hijo. Al hacerlo, el primero en ser llamado rechazó la invitación. Lo que me parece interesante es que el rey envió a sus sirvientes a invitar indiscriminadamente a todos los que encontraban a asistir al banquete de bodas. Es un recordatorio de que todos estamos llamados a la vida del cielo. Es una invitación que fue presentada primero a los judíos, luego a todos, a todos en el mundo. La segunda lección que me llamó la atención fue la del hombre que vino a la fiesta sin vestir adecuadamente. Fue expulsado por no prepararse adecuadamente para este momento de encuentro que se produciría en el banquete de bodas, donde en algún momento sería presentado al hijo y al Rey. Es una lección del Juicio Final. No basta simplemente morir habiendo aceptado la invitación al cielo, también debemos conformar nuestra vida para estar listos para entrar al banquete eterno y estar en la presencia del Hijo.