Today's readings presents two mountain top moments for us to consider. The first is the Abraham and the attempted sacrificing of his son Isaac and the second is the Transfiguration of Jesus, where the glory of His divinity shines forth through His humanity. The first is metaphor or analogy reminding us that just as Abraham was asked to offer his son as a sacrifice; so to does our heavenly Father offer His only begotten Son as a holocaust offering for the redemption of the whole world. In the Transfiguration of Jesus, we are strengthened for the coming passion and death of our Lord, by seeing the glory of His divinity giving Him the appearance of being dazzling white. The Law and Prophets, in Moses and Elijah, took intimate counsel with Him and God the Father's voice from heaven declares for a second time with clear authority, that Jesus is His beloved Son. All of this occurs to take away any of our doubt that He is indeed the Son who would be offered as a holocaust on yet another mountain, Mount Calvary. ............................................................................................................................................................ Las lecturas de hoy presentan dos momentos en la cima de la montaña para que los consideremos. El primero es Abraham y el intento de sacrificio de su hijo Isaac y el segundo es la Transfiguración de Jesús, donde la gloria de Su divinidad brilla a través de Su humanidad. La primera es una metáfora o analogía que nos recuerda que así como se le pidió a Abraham que ofreciera a su hijo como sacrificio; así también nuestro Padre celestial ofrece a su Hijo unigénito como ofrenda del holocausto para la redención del mundo entero. En la Transfiguración de Jesús, somos fortalecidos para la pasión y muerte venideras de nuestro Señor, al ver la gloria de Su divinidad dándole la apariencia de ser un blanco deslumbrante. La Ley y los Profetas, en Moisés y Elías, tomaron consejo íntimo con Él y la voz de Dios Padre desde el cielo declara por segunda vez con clara autoridad que Jesús es Su Hijo amado. Todo esto ocurre para eliminar cualquier duda de que Él es de hecho el Hijo que sería ofrecido como holocausto en otra montaña más, el Monte Calvario.