St. Scholastica teaches me to realize that when the world won't listen, I should turn to God. If it is His will, then He will answer. If He does not answer my request, then just maybe it is I who am not listening. Pope St. Gregory the Great, a contemporary of St. Scholastic tells this story about her last visit with her brother St. Benedict just 3 days before she died. ... "Their spiritual conversation went on and the hour grew late. The holy nun said to her brother: 'Please do not leave me tonight; let us go on until morning talking about the delights of the spiritual life.' 'Sister,' he replied, 'what are you saying? I simply cannot stay outside my cell.' When she heard her brother refuse her request, the holy woman joined her hands on the table, laid her head on them and began to pray. As she raised her head from the table, there were such brilliant flashes of lightning, such great peals of thunder and such a heavy downpour of rain that neither Benedict nor his brethren could stir across the threshold of the place where they had been seated. Sadly he began to complain: 'May God forgive you, sister. What have you done?' 'Well,' she answered, 'I asked you and you would not listen, so I asked my God and He did listen. So now go off, if you can, leave me and return to your Monastery.'” What wonderful faith! “I asked you and you would not listen, so I asked my God and He did listen.” -St Scholastica ............................................................................................................................................................. Santa Escolástica me enseña a darme cuenta de que cuando el mundo no me escucha, debo recurrir a Dios. Si es Su voluntad, entonces Él responderá. Si Él no responde a mi petición, entonces tal vez sea yo quien no esté escuchando. El Papa San Gregorio Magno, contemporáneo de San Escolástico, cuenta esta historia sobre su última visita a su hermano San Benito apenas 3 días antes de su muerte. ... "Continuó su conversación espiritual y se hizo tarde. La santa monja dijo a su hermano: 'Por favor, no me dejes esta noche; sigamos hasta la mañana hablando de los deleites de la vida espiritual'. "Hermana", respondió, "¿qué estás diciendo? Simplemente no puedo quedarme fuera de mi celda". Cuando oyó que su hermano rechazaba su petición, la santa mujer juntó sus manos sobre la mesa, apoyó la cabeza sobre ellas y comenzó a orar. Al levantar la cabeza de la mesa, se oían relámpagos tan brillantes, tan grandes repiques de truenos y una lluvia tan fuerte que ni Benito ni sus hermanos pudieron cruzar el umbral del lugar donde estaban sentados. Tristemente comenzó a quejarse: "Que Dios te perdone, hermana. ¿Qué has hecho?" "Bueno", respondió ella, "te lo pedí y no me escuchaste, entonces le pedí a mi Dios y Él me escuchó. Así que ahora vete, si puedes, déjame y regresa a tu Monasterio". “Os pregunté y no quisisteis escuchar, así que le pregunté a mi Dios y Él escuchó”. -Santa Escolástica