The question, "Why does Jesus like to hang out with sinners? sounds like the start of a joke. Yet it is obvious at even the most superficial glance at the Gospels that Jesus went out of his way to spend time with sinners. He would surround himself with them and seek them out intentionally. Today, Jesus gives us a window into his thinking. The shepherd seeks after the lost sheep and rejoices when He encounters it; the woman searches for the lost coin and celebrates with her friend and neighbor once it has been found again. Jesus has a particular affinity for the lost soul. Remember what it feels like to be lost. The feeling of being alone, insecure somewhat helpless. Fear of uncertainty creeps in as well as a loss of hope. Then imagine seeing that familiar face, or hearing that familiar voice. It is like a light that dispels the darkness of the moment. We rejoice in having been found. Jesus uses this analogy to describe oddly enough not our joy in being found but rather His joy in finding us! God truly delights in our unity to to Him and rejoices to see us reconciled and back home where we belong. ............................................................................................................................................................. La pregunta, "¿Por qué a Jesús le gusta estar con los pecadores? Suena como el comienzo de una broma. Sin embargo, es obvio, incluso en la mirada más superficial a los Evangelios, que Jesús hizo todo lo posible para pasar tiempo con los pecadores. rodearse de ellos y buscarlos intencionalmente. Hoy, Jesús nos da una ventana a su pensamiento. El pastor busca la oveja perdida y se regocija cuando la encuentra; la mujer busca la moneda perdida y celebra con su amigo y vecino una vez. se ha encontrado de nuevo. Jesús tiene una afinidad particular por el alma perdida. Recuerda lo que se siente estar perdido. La sensación de estar solo, inseguro un tanto desamparado. El miedo a la incertidumbre se infiltra, así como la pérdida de la esperanza. Entonces imagina ver ese rostro familiar, o escuchar esa voz familiar. Es como una luz que disipa la oscuridad del momento. Nos regocijamos de haber sido encontrados. Jesús usa esta analogía para describir, curiosamente, no nuestro gozo de ser encontrados sino Su gozo de encontrarnos. encontrar ¡ing nos! Dios verdaderamente se deleita en nuestra unidad con Él y se regocija de vernos reconciliados y de regreso al hogar al que pertenecemos.