In today's Gospel, the centurion who had a sick slave said to Jesus, "Lord, do not trouble yourself, for I am not worthy to have you enter under my roof. Therefore, I did not consider myself worthy to come to you; but say the word and let my servant be healed." We echo the words of this faithful centurion every mass, just before we come forward to receive Jesus in the Most Blessed Sacrament. We say, "Lord, I am not worthy that you should enter under my roof, but only say the word and my soul shall be healed." ............................................................................................................................................................. En el evangelio de hoy, un oficial romano que tenía un esclavo enfermo dijo a Jesús: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano." Nos hacemos eco de las palabras de este fiel oficial romano en cada misa, justo antes de acercarnos para recibir a Jesús en el Santísimo Sacramento. Decimos: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".