St. Paul in the second reading today reminds us that we have been set free by Chris. Christ did not set us free, for us to just turn around and enslave ourselves to sin or our passions. St. Paul is referring to the difference between Freedom verses License or Freedom and Free Will. We have often heard it said just because we CAN do something does not mean that SHOULD do it. Free Will is the ability to choose between right or wrong. It is the license to do whatever I want. Where as, true Freedom is a good and as a good it has limits. Limits that prevent the good from becoming twisted and distorted. St. Augustine defines freedom as the Ability to do the good unhindered. Freedom means there is nothing that limits us from exercising our will for the good. Jesus in today's Gospel speaks similarly. He reminds us that we must choose the Good (i.e. following Him) without being held back or limited by concerns for material things or even psychological securities. We should be ready to choose the good without being held back by what we might miss out on in this world. Can we act in full freedom? Is there anything holding us back from being "all in" with Christ? ............................................................................................................................................................. San Pablo en la segunda lectura de hoy nos recuerda que hemos sido liberados por Chris. Cristo no nos liberó, para que nos demos la vuelta y nos esclavicemos al pecado oa nuestras pasiones. San Pablo se refiere a la diferencia entre Libertad y Licencia o Libertad y Libre Albedrío. A menudo hemos oído decir que el hecho de que PODEMOS hacer algo no significa que DEBEMOS hacerlo. El libre albedrío es la capacidad de elegir entre el bien o el mal. Es la licencia para hacer lo que quiera. Donde como, la verdadera Libertad es un bien y como bien tiene límites. Límites que impiden que el bien se tuerza y distorsione. San Agustín define la libertad como la capacidad de hacer el bien sin trabas. Libertad significa que no hay nada que nos limite a ejercer nuestra voluntad para el bien. Jesús en el Evangelio de hoy habla de manera similar. Él nos recuerda que debemos optar por el Bien (es decir, seguirlo) sin que la preocupación por las cosas materiales o incluso las seguridades psicológicas nos detenga o nos limite. Debemos estar listos para elegir el bien sin que nos detenga lo que nos podemos perder en este mundo. ¿Podemos actuar en plena libertad? ¿Hay algo que nos impida estar completamente por Cristo?