When the people of Israel originally asked God for a King, they said they wanted to be like other nations. They wanted someone to lead their armies in battle and make them victorious as other nations. God chose them Saul who was so big that he was a full head taller than any other man. Now this great king stands with the rest of his troops in fear over one seemingly mightier than he, So whom does God choose to fight this powerful Giant, the young David who is too young to be conscripted into the army to fight. God is teaching the people of Israel that they do not see the world the way He sees the world. They are far to willing to rely upon themselves than upon Him. He chooses the weak and makes the strong so that they may shame the mighty and all can know that it is by the one true God that Israel wins victory. Israel itself is the weak small nation that God lifts up to be mighty. Mary is the lowly handmaid of the Lord whom He exalts. Christ wins the victory of our Redemption not by might, but rather through sacrifice. It is in reliance upon God that we find our hope and our victory. ............................................................................................................................................................. Cuando el pueblo de Israel originalmente le pidió a Dios un Rey, dijeron que querían ser como otras naciones. Querían a alguien que dirigiera sus ejércitos en la batalla y los hiciera victoriosos como otras naciones. Dios los escogió a Saúl, que era tan grande que era una cabeza más alta que cualquier otro hombre. Ahora este gran rey se encuentra con el resto de sus tropas en el miedo por uno aparentemente más poderoso que él, entonces, ¿a quién elige Dios para luchar contra este poderoso Gigante, el joven David, que es demasiado joven para ser reclutado en el ejército para luchar? Dios le está enseñando al pueblo de Israel que no ven el mundo como Él lo ve. Están demasiado dispuestos a confiar en sí mismos que en Él. Él elige a los débiles y hace a los fuertes para que avergüencen a los poderosos y todos puedan saber que es por el único Dios verdadero que Israel gana la victoria. Israel mismo es la pequeña nación débil que Dios levanta para que sea poderosa. María es la sierva humilde del Señor a quien Él exalta. Cristo gana la victoria de nuestra Redención no con fuerza, sino con sacrificio. Es en la confianza en Dios que encontramos nuestra esperanza y nuestra victoria.