Today we remember Saint Nicholas, who was the Bishop of Myra during the 4th century. Very little is known about his life, but he is remembered as a man of great faith and compassion. He was also a fierce advocate for those who had been unjustly condemned. But he left behind no writings: the legends surrounding his life are all we have. Nicholas is most well known as the beloved patron saint of children and gift-giving. His connection to Santa Claus is faint, but it can be traced. According to tradition, Nicholas' parents died when he was young, leaving him a large sum of money. With his inheritance, Nicholas practiced charity, helping those in need. One legend in particular illustrates his generosity: a family in his community was desperate; the father had lost all of his money and had been unable to find husbands for his three daughters. The daughters were in danger of being given over to prostitution or another form of degradation when, one night, Nicholas appeared at their home. He tossed three bags of gold into the open window (or down the chimney, in some versions)—thereby saving them from a terrible fate. This tale is probably the source of his eventual connection to the tradition of gift-giving at Christmas. St. Nicholas, pray for us. ............................................................................................................................................................. Hoy recordamos a San Nicolás, que fue obispo de Myra durante el siglo IV. Se sabe muy poco sobre su vida, pero se le recuerda como un hombre de gran fe y compasión. También fue un feroz defensor de los que habían sido condenados injustamente. Pero no dejó escritos: las leyendas que rodean su vida son todo lo que tenemos. Nicolás es más conocido como el amado santo patrón de los niños y de los regalos. Su conexión con Santa Claus es débil, pero se puede rastrear. Según la tradición, los padres de Nicolás murieron cuando él era joven, dejándole una gran suma de dinero. Con su herencia, Nicolás practicó la caridad, ayudando a los necesitados. Una leyenda en particular ilustra su generosidad: una familia de su comunidad estaba desesperada; el padre había perdido todo su dinero y no había podido encontrar maridos para sus tres hijas. Las hijas estaban en peligro de ser entregadas a la prostitución u otra forma de degradación cuando, una noche, Nicolás apareció en su casa. Arrojó tres bolsas de oro por la ventana abierta (o por la chimenea, en algunas versiones), salvándolos así de un destino terrible. Esta historia es probablemente la fuente de su eventual conexión con la tradición de dar regalos en Navidad. San Nicolás, ruega por nosotros.