"Unless your righteousness surpasses that of the scribes and Pharisees, you will not enter into the Kingdom of heaven." This statement from our Lord in today's Gospel must have been both perplexing and a little intimidating to the disciples who hear it. At the time of Christ, the people who most exemplified fidelity to God were the scribes and Pharisees. they observed the law diligently and with much scrupulous attention. In the eyes of almost everyone at that time they would have looked like the ideal that we should all strive to imitate. However that did not mean that they were holy. Our Lord tries to makes this distinction. He wants to separate the mere observance of the law from the interior relationship that one should have with God. We, as one person, mind body and spirit, must be united in our devotion and desire for God. Mentally, physically and spiritually we must love God and our neighbor. Though the scribes an Pharisees excelled at observing the law they did not allow these pious observances to actually draw their heart closer to God nor did they seem to have great compassion upon God's people . They regarded observance of the law in the exterior to be of the paramount importance. This is why Christ tells his disciples that they must be more righteous than them. They must allow their interior to be devout as their exterior action seem. .............................................................................................................................................................. "Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos". Esta declaración de nuestro Señor en el Evangelio de hoy debe haber sido tanto desconcertante como un poco intimidante para los discípulos que la escuchan. En la época de Cristo, las personas que más ejemplificaron la fidelidad a Dios fueron los escribas y fariseos. observaron la ley diligentemente y con mucha atención escrupulosa. A los ojos de casi todo el mundo en ese momento habrían parecido el ideal que todos deberíamos esforzarnos por imitar. Sin embargo, eso no significaba que fueran santos. Nuestro Señor intenta hacer esta distinción. Quiere separar la mera observancia de la ley de la relación interior que se debe tener con Dios. Nosotros, como una sola persona, mente cuerpo y espíritu, debemos estar unidos en nuestra devoción y deseo por Dios. Mental, física y espiritualmente debemos amar a Dios y a nuestro prójimo. Aunque los escribas y fariseos se destacaron en la observancia de la ley, no permitieron que estas piadosas observancias acercaran su corazón a Dios ni parecían tener gran compasión por el pueblo de Dios. Consideraron que la observancia de la ley en el exterior era de suma importancia. Por eso Cristo les dice a sus discípulos que deben ser más justos que ellos. Deben permitir que su interior sea devoto como parece su acción exterior.