A woman went to St. Philip Neri for confession. She struggled with gossiping and by her own admission had a wicked tongue, often sharing other peoples’ faults and spreading embellished tales about them. St. Philip for her penance gave her some money to go buy a chicken at the market. After the chicken was killed, St. Philip asked her, as she walked back, to pluck all the feathers off the chicken. She went to buy the chicken, got it and as she walked back to St. Philip, she plucked every feather off and when arrived, handed him a freshly plucked chicken. He thanked her and then gave her the second part of her penance, “Now go back once more, and gather all the feathers of the chicken you just plucked.” She objected, “That is impossible, Father. The wind has scattered the feathers in every direction.” Then St. Philip Neri responded, “Let this be a lesson for you, for it is exactly the same with your wicked words. Just as the chicken feathers have been scattered by the wind in every direction, so have your wicked words been scattered in every direction by other people, repeating your stories!” I do not know if this story is true or if it happened exactly this way, regardless it is a good lesson. St. James says in our 1st reading today, "the tongue is a small member and yet has great pretensions. Consider how small a fire can set a huge forest ablaze. The tongue is also a fire. It exists among our members as a world of malice, defiling the whole body and setting the entire course of our lives on fire." ............................................................................................................................................................. Una mujer fue a San Felipe Neri a confesarse. Luchó con los chismes y, según ella misma admitió, tenía una lengua malvada, a menudo compartía las faltas de otras personas y difundía historias embellecidas sobre ellas. San Felipe por su penitencia le dio algo de dinero para ir a comprar un pollo al mercado. Después de que mataron al pollo, San Felipe le pidió, mientras caminaba de regreso, que le quitara todas las plumas al pollo. Fue a comprar el pollo, lo consiguió y mientras caminaba de regreso a St. Philip, se arrancó todas las plumas y cuando llegó, le entregó un pollo recién desplumado. Él le dio las gracias y luego le dio la segunda parte de su penitencia: "Ahora vuelve una vez más y recoge todas las plumas del pollo que acabas de desplumar". Ella objetó: “Eso es imposible, padre. El viento ha esparcido las plumas en todas direcciones”. Entonces San Felipe Neri respondió: “Que esto sea una lección para ti, porque es exactamente lo mismo con tus palabras malvadas. ¡Así como las plumas de pollo han sido esparcidas por el viento en todas direcciones, así otras personas han esparcido tus malvadas palabras en todas direcciones, repitiendo tus historias!” No sé si esta historia es cierta o si sucedió exactamente así, sin embargo es una buena lección. Santiago dice en nuestra 1ª lectura de hoy: " la lengua es un órgano muy pequeño y se cree capaz de grandes cosas. Bien saben ustedes además, que un fuego insignificante incendia todo un bosque. Pues la lengua es un fuego y encierra en sí todo un mundo de maldad. Es uno de nuestros órganos, y sin embargo, contamina al cuerpo entero; ... incendia todo el curso de nuestra existencia".