Today we encounter for the second day in row we encounter two types of disbelievers. The first is Saul, who has not yet converted into Paul. He is persecuting the followers of Christ. He has not yet come to believe in Jesus Christ. The second is the people in our Gospel listening to Jesus tell them He is the Bread of Life. They do not believe anything of what He is telling them to believe. St. Anselm, whose feast day it is today, reminds us of the necessary disposition to understand the truth of our Faith. “I do not try, Lord, to attain Your lofty heights, because my understanding is in no way equal to it. But I do desire to understand Your truth a little, that truth that my heart believes and loves. I do not seek to understand that I may believe; but I believe so that I may understand. For I believe this also, that unless I believe, I shall not understand.” To understand we must first suspend disbelief and be open to the grace of believing. Faith will not be proven to us against are will, rather there is an invitation that we must choose to accept and if we do accept it, then we can have our belief confirmed. Confirmation works by looking for evidence of something that we already believe; rather than looking for the evidence to believe in something we are unsure about. .............................................................................................................................................................. Hoy nos encontramos por segundo día consecutivo con dos tipos de incrédulos. El primero es Saulo, que aún no se ha convertido en Pablo. Está persiguiendo a los seguidores de Cristo. Todavía no ha llegado a creer en Jesucristo. La segunda es la gente en nuestro Evangelio que escucha a Jesús decirles que Él es el Pan de Vida. No creen nada de lo que Él les dice que crean. San Anselmo, cuya fiesta es hoy, nos recuerda la disposición necesaria para comprender la verdad de nuestra Fe. “No intento, Señor, alcanzar Tus alturas, porque mi entendimiento no es de ninguna manera igual a él. Pero sí deseo comprender un poco Tu verdad, esa verdad que mi corazón cree y ama. No busco comprender para creer; pero creo para entender. Porque también creo esto, que a menos que crea, no entenderé ”. Para comprender, primero debemos suspender la incredulidad y estar abiertos a la gracia de creer. La fe no se nos demostrará en contra de nuestra voluntad, sino que hay una invitación que debemos elegir aceptar y, si la aceptamos, entonces podemos confirmar nuestra creencia. La confirmación funciona buscando evidencia de algo en lo que ya creemos; en lugar de buscar la evidencia para creer en algo de lo que no estamos seguros.