As a faithful Jew, Jesus would have come to the Temple at least 3 times a year… (Passover, Pentecost, and Feast of Booths (Sukkot) … so why is this entrance to Jerusalem so different than all His others? The ancient Biblical world was excited, divided, amid the great struggle against good and evil, truth and deception… the dividing lines were very clear… It was the divide between God and Man. Jesus of Nazareth was either good or evil; the Messiah or a liar; the Son of God or the son of men, son of earthly parents, who was pretending to be God. All of Jerusalem was a stir with the question, “Who is Jesus?” God or Man. Prophet, rabbi, sinner, charlatan… People spoke openly all-around town, in the marketplaces, synagogues and on street corners… Who is He? Could He be the one? The Sanhedrin don’t think so… but what of his miracles… and His preaching! O His sermons are like no other… never have ever heard such moving words… People came out in large numbers all just to see a glimpse of this man of God, who in reality was God made man. “Blessed is the king who comes in the name of the Lord. Peace in heaven and glory in the highest.” Every where you looked the city was filled with joy and hope. Hope for what will be different now that Jesus, the Messiah and king has come. Yet celebration changed from a joyous welcome to a riotous witch hunt. Songs of hosanna became chants to crucify Him. Crucify the God man just heralded and welcomed as king. Jesus is condemned to die and we all are both to blame and to benefit from this injustice. Palm Sunday is the solemn beginning to the most important week of the year, the holiest week of the year on which we are each called to relive the saving Passion of Jesus of Nazareth. ............................................................................................................................................................. Como un judío fiel, Jesús habría venido al Templo al menos 3 veces al año... (Pascua, Pentecostés y Fiesta de las Chozas (Sukkot)... entonces, ¿por qué esta entrada a Jerusalén es tan diferente a todas las demás? El antiguo mundo bíblico estaba agitado, dividido, en medio de la gran lucha contra el bien y el mal, la verdad y el engaño... las líneas divisorias eran muy claras... Era la división entre Dios y el Hombre. Jesús de Nazaret era bueno o malo; el Mesías o un mentiroso; el Hijo de Dios o el hijo de los hombres, hijo de padres terrenales, que se hacía pasar por Dios. Toda Jerusalén se conmovió con la pregunta: "¿Quién es Jesús?" Dios o el Hombre. Profeta, rabino, pecador, charlatán… La gente hablaba abiertamente por todo el pueblo, en los mercados, en las sinagogas y en las esquinas de las calles... ¿Quién es Él? ¿Podría ser él? El Sanedrín no lo cree así… pero ¡qué hay de sus milagros… y Su predicación! Oh, sus sermones son como ningún otro... nunca he escuchado palabras tan conmovedoras... La gente salió en gran número solo para ver un atisbo de este Hombre de Dios, que en realidad era Dios hecho hombre. “Bendito el rey que viene en el nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en las alturas.” Dondequiera que miraras, la ciudad estaba llena de alegría y esperanza. Esperanza de lo que será diferente ahora que ha llegado Jesus, el Mesías y el Rey. Esperanza para las personas que durante mucho tiempo se han sentido solas y abandonadas. Sin embargo, la celebración pasó de ser una alegre bienvenida a una cacería de brujas desenfrenada. Los cantos de hosanna se convirtieron en cánticos para crucificarlo. Crucifica al Dios hombre recién anunciado y acogido como rey. Jesús está condenado a morir y todos somos tanto culpables como beneficiarios de esta injusticia. El Domingo de Ramos es el comienzo solemne de la semana más importante del año, la semana más santa del año en la que cada uno de nosotros estamos llamados a revivir la Pasión salvadora de Jesús de Nazaret.