Chapter 15 is arguably one of the most important chapters in St. Paul's First Letter to the Corinthians. At the time of Paul's writing to them none of the Christians in Corinth believed in the resurrection of the body. The Corinthians struggled with this belief not because it was hard to believe in miracles, but rather for them it was hard to believe the body had any merit or value. The culture they lived in was sexualized and focused on the material goods that the Christians reacted to the other extreme denying any importance to the body, seeing them as mere shells that contain the soul and nothing more. Paul first agues for the importance of Christ's resurrection (yesterday's readings) and today he argues for the importance of our bodies as through analogies, like seeds that germinate. This argument ultimately is that our glorified bodies are not the same as our mortal bodies. Our earthly bodies are transformed into something greater as seed turns into a seedling and eventually a full grown tree that bears fruit. ............................................................................................................................................................. El capítulo 15 es posiblemente uno de los capítulos más importantes de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios. En el momento en que Pablo les escribió, ninguno de los cristianos de Corinto creía en la resurrección del cuerpo. Los corintios lucharon con esta creencia no porque fuera difícil creer en los milagros, sino más bien para ellos era difícil creer que el cuerpo tuviera algún mérito o valor. La cultura en la que vivían era sexualizada y enfocada a los bienes materiales a los que los cristianos reaccionaban al otro extremo negando cualquier importancia al cuerpo, viéndolos como meros caparazones que contienen el alma y nada más. Pablo primero se preocupa por la importancia de la resurrección de Cristo (las lecturas de ayer) y hoy argumenta por la importancia de nuestros cuerpos como a través de analogías, como semillas que germinan. Este argumento, en última instancia, es que nuestros cuerpos glorificados no son lo mismo que nuestros cuerpos mortales. Nuestros cuerpos terrenales se transforman en algo más grande a medida que la semilla se convierte en una plántula y, finalmente, en un árbol adulto que da fruto.