As Peter makes his great confession in today's Gospel, we get our first real glimpse into not only the identity of Jesus but also into His Mission. Peter says, "You are the Christ." Immediately after Peter declares this we see two perplexing things. 1) Jesus warns them not to tell anyone. 2) Jesus teaches them that he must suffer, die and rise on the 3rd day. Both of these things have to be very confusing for all the Apostles. Peter gets the answer correct. Jesus is the Messiah and he is rewarded with a warning not to tell people this. Yet this is the very reason that the Apostles are following Jesus, because they believe He is the Messiah. Then they hear that Jesus must suffer and die? This cannot be correct. Peter, who is never afraid to speak His mind, rebukes Jesus. In this interchange we begin to understand something very important. Jesus is not what or who we expect. God acts in His own way, according to His own mentality. God's ways are not our ways. "You are thinking not as God does, but as human beings do." God intends to save the world, not through, power, prestige and glory but rather through humility, sacrifice and love. Therefore Jesus makes it clear to us. "Whoever wishes to come after me must deny himself, take up his cross, and follow me. For whoever wishes to save his life will lose it, but whoever loses his life for my sake and that of the gospel will save it.” ............................................................................................................................................................. Cuando Pedro hace su gran confesión en el Evangelio de hoy, tenemos nuestro primer vistazo real no solo a la identidad de Jesús sino también a Su Misión. Pedro dice: "Tú eres el Mesías". Inmediatamente después de que Pedro declara esto, vemos dos cosas desconcertantes. 1) Jesús les advierte que no se lo digan a nadie. 2) Jesús les enseña que debe sufrir, morir y resucitar al tercer día. Ambas cosas tienen que ser muy confusas para todos los Apóstoles. Peter obtiene la respuesta correcta. Jesús es el Mesías y es recompensado con una advertencia para que no se lo diga a la gente. Sin embargo, esta es la razón por la que los Apóstoles siguen a Jesús, porque creen que Él es el Mesías. ¿Entonces oyen que Jesús debe sufrir y morir? Esto no puede ser correcto. Pedro, que nunca tiene miedo de decir lo que piensa, reprende a Jesús. En este intercambio comenzamos a comprender algo muy importante. Jesús no es lo que esperamos. Dios actúa a su manera, de acuerdo con su propia mentalidad. Los caminos de Dios no son nuestros caminos. "Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres". Dios tiene la intención de salvar al mundo, no a través del poder, el prestigio y la gloria, sino a través de la humildad, el sacrificio y el amor. Por eso Jesús nos lo aclara. "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará".