The political realities of our nation present us with opportunities and challenges. We are a nation founded on "life, liberty, and the pursuit of happiness," but the right to life itself is not fully protected, especially for unborn children, the terminally ill, and the elderly, the most vulnerable members of the American family. We are called to be peacemakers in a nation at war. We are a country pledged to pursue "liberty and justice for all," but we are too often divided across lines of race, ethnicity, and economic inequality. We are a nation of immigrants, struggling to address the challenges of many new immigrants in our midst. We are a society built on the strength of our families, called to defend marriage and offer moral and economic supports for family life. We are a powerful nation in a violent world, confronting terror and trying to build a safer, more just, more peaceful world. We are an affluent society where too many live in poverty and lack health care and other necessities of life. (Forming Consciences for Faithful Citizenship #2, usccb.org) ............................................................................................................................................................. Las realidades políticas de nuestra nación nos presentan oportunidades y retos. Somos una nación fundada sobre "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad", aunque el derecho a la vida misma no está totalmente protegido, especialmente en lo que se refiere a los niños no nacidos, los enfermos terminales y los ancianos, quienes son los miembros más vulnerables de la familia estadounidense. Estamos llamados a ser constructores de paz en una nación en guerra. Somos un país comprometido a buscar "libertad y justicia para todos", pero muy a menudo estamos divididos según diferencias de raza, etnia y desigualdad económica. Somos una nación de inmigrantes, que lucha por resolver los retos que surgen de los muchos nuevos inmigrantes que hay entre nosotros. Somos una sociedad construida sobre la fortaleza de nuestras familias, llamada a defender el matrimonio y ofrecer apoyo moral y económico a la vida familiar. Somos una nación poderosa en un mundo violento, que afronta el terror e intenta construir un mundo más seguro, más justo y más pacífico. Somos una sociedad rica donde demasiadas personas viven en la pobreza y carecen de cuidado médico y otras necesidades vitales. (Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles #2, usccb.org)