Whenever I read this account of the healing of blind Bartimaeus in St. Mark's Gospel, I cannot help but be captivated by the details. Mark a man of very few words, takes the time to really convey this amazing moment. I can see the whole scene play out in my head. Poor blind Bartimaeus is seen as an interloper. It is like he is meant to only be part of the background of the scene, a blind beggar on the streets, but he does not follow His script and starts interrupting the scene. Despite being rebuked, He begs only louder and louder... "Jesus, Son of David have pity on me." To the people he has became an embarrassment, to God he is a delight! Jesus calls Bartimaeus forward. In his total confidence and Faith, "he threw his cloak aside, sprang up and came to Jesus." What an amazing response! He threw his cloak away. The cloak was the symbol of a beggar. He was blind. He knew that he would be healed and would no longer be a beggar… but instead a disciple. .............................................................................................................................................................. Siempre que leo este relato de la curación del ciego Bartimeo en el Evangelio de San Marcos, no puedo evitar quedar cautivado por los detalles. Mark, un hombre de muy pocas palabras, se toma el tiempo para transmitir realmente este increíble momento. Puedo ver toda la escena en mi cabeza. El pobre Bartimeo ciego es visto como un intruso. Es como si estuviera destinado a ser solo parte del fondo de la escena, un mendigo ciego en las calles, pero no sigue Su guión y comienza a interrumpir la escena. A pesar de ser reprendido, ruega cada vez más fuerte ... "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí". Para la gente se ha convertido en una vergüenza, ¡para Dios es un deleite! Jesús llama a Bartimeo hacia adelante. En su total confianza y fe, "tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús". ¡Qué respuesta tan asombrosa! Tiró su manto. La manto era el símbolo de un mendigo. Estaba ciego. Sabía que sería sanado y ya no sería un mendigo… sino un discípulo.