"If anyone wishes to come after me, he must deny himself and take up his cross daily and follow me." Jesus speaks plainly. Being with me is not what you think it is going to be. The first step, He says, is to deny yourself. The desire to be with Christ cannot be about ourselves. It must be about Jesus. In fact the next line makes it clear that not only do we deny ourselves, but we also must embrace the cross. Life in Christ is about being spent, drained out, losing oneself completely or using yourself up for the good of others. He says this when He says that we are to take up our cross... and to do this daily! This is not intended to be a one time act that is over and done but rather an ongoing suffering and loss of self that must be renewed every single day. Already this is enough to make most of us second guess what in the world we were ever thinking when we considered following Christ. There is nothing endearing about the Cross of Christ. It is physically, emotionally and most of all spiritually torturous. So why in the world would anyone in their right mind follow after Christ? Because He did it first for us. "In this is love: not that we have loved God, but that He loved us and sent his Son as expiation for our sins." 1 John 4:10. Why follow Christ?... because of how perfectly He laid down His life for us. Thus we respond to perfect love by striving to imitate it, and laying down our lives for Him. ............................................................................................................................................................. "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga". Jesús habla claramente. Estar conmigo no es lo que crees que va a ser. El primer paso, dice, es negarse a sí mismo. El deseo de estar con Cristo no puede ser acerca de nosotros mismos. Debe ser sobre Jesús. De hecho, la siguiente línea deja en claro que no solo nos negamos a nosotros mismos, sino que también debemos abrazar la cruz. La vida en Cristo se trata de gastarse, agotarse, perderse por completo o gastarse para el bien de los demás. Él dice esto cuando dice que debemos tomar nuestra cruz... ¡y hacer esto diariamente! Esto no tiene la intención de ser un acto de una sola vez que se acabó y se hace, sino más bien un sufrimiento continuo y una pérdida de uno mismo que debe renovarse todos los días. Esto ya es suficiente para hacer que la mayoría de nosotros adivine en qué diablos estábamos pensando cuando consideramos seguir a Cristo. No hay nada entrañable en la Cruz de Cristo. Es una tortura física, emocional y, sobre todo, espiritual. Entonces, ¿por qué en el mundo alguien en su sano juicio seguiría a Cristo? Porque Él lo hizo primero por nosotros. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como expiación por nuestros pecados”. 1 Juan 4:10. ¿Por qué seguir a Cristo?... por la perfección con que Él dio Su vida por nosotros. Así respondemos al amor perfecto esforzándonos por imitarlo y entregando nuestras vidas por Él.