Oh how much I really love to read the book of Ezekiel. Out of all of the prophets, I think that I like Ezekiel best because of his vivid imagery. As I sit along the bank of this majestic river that Ezekiel describes in todays reading, I see life, plants and trees, green vibrant foliage and animals and birds as well fish... this is the well spring of life. It is a vision of abundance. There is nothing lacking and everything is so full of life. I cannot help, but look back along the water’s edge and follow this wide expansive river to its humble origin. Just off in the distance, almost too far to see, is the parapet of the temple peaking above the horizon over a mile away. What began as a small little trickle of water from God’s house has become so much more. This analogy has so many layers and meanings. The smallest openness to faith becomes a watershed of belief, the smallest act of charity is multiplied into so much more, and the smallest trickle of baptismal water over the heads of the first few Christians has become the largest religion in the world. The little things matter. The tiniest acts done with great reverence and love creates a torrent of grace that knows no bounds. ............................................................................................................................................................ Oh, cuánto me encanta leer el libro de Ezequiel. De todos los profetas, creo que Ezequiel me gusta más por sus vívidas imágenes. Mientras me siento a la orilla de este majestuoso río que Ezequiel describe en la lectura de hoy, veo vida, plantas y árboles, follaje verde vibrante y animales y pájaros, así como peces... este es el manantial de la vida. Es una visión de abundancia. Nada falta y todo está tan lleno de vida. No puedo evitar mirar hacia atrás a lo largo de la orilla del agua y seguir este río ancho y expansivo hasta su humilde origen. Justo en la distancia, casi demasiado para ver, está el parapeto del templo que se eleva sobre el horizonte a más de una milla de distancia. Lo que comenzó como un pequeño hilo de agua de la casa de Dios se ha convertido en mucho más. Esta analogía tiene tantas capas y significados. La apertura más pequeña a la fe se convierte en un punto de inflexión de la creencia, el acto de caridad más pequeño se multiplica en mucho más, y el goteo más pequeño de agua bautismal sobre las cabezas de los primeros cristianos se ha convertido en la religión más grande del mundo. Las pequeñas cosas importan. Los actos más pequeños realizados con gran reverencia y amor crean un torrente de gracia que no conoce límites.