(Public Masses have returned!) Jesus gives a simple but profound message in today's Gospel Passage. He is asked in a sincere way, not as a trap, "Which is the first of all the commandments?" At the time of Christ, all the commandments were seen as more or less equal by the Pharisees, that is no one was considered to be more important than another. By giving priority to one commandment over another some might erroneously think it is not necessarily keep the other commandments, since they are of a "lesser" importance. But Jesus once again eloquently gets around this erroneous thinking by summarizing the entire law and commandments into two simple statements: to love God and to love neighbor. In doing so he gets to the root of all practice of Faith and thus the essence of all the commandments. But he still does place a priority on the love of God, and clearly places ahead of the love of our fellow man. This is done not because they are in opposition but because Love for God must be the reason why we love one another. It is not good enough to love each other if it is separated from the Love of the Creator of us all and the reason we exist. ............................................................................................................................................................ (¡Las misas públicas han regresado!) Jesús da un mensaje simple pero profundo en el Pasaje del Evangelio de hoy. Se le pregunta sinceramente, no como una trampa, "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" En el tiempo de Cristo, todos los mandamientos eran vistos como más o menos iguales por los fariseos, es decir, nadie era considerado más importante que otro. Al dar prioridad a un mandamiento sobre otro, algunos podrían pensar erróneamente que no es necesariamente guardar los otros mandamientos, ya que tienen una importancia "menor". Pero Jesús, una vez más, evade elocuentemente este pensamiento erróneo al resumir toda la ley y los mandamientos en dos simples declaraciones: amar a Dios y amar al prójimo. Al hacerlo, llega a la raíz de toda práctica de Fe y, por lo tanto, a la esencia de todos los mandamientos. Pero él todavía le da prioridad al amor de Dios, y claramente lo pone por delante del amor de nuestro prójimo. Esto se hace no porque estén en oposición, sino porque el Amor a Dios debe ser la razón por la que nos amamos unos a otros. No es lo suficientemente bueno amarse si está separado del Amor del Creador de todos nosotros y de la razón por la que existimos.