When I was in seminary in Rome, I had the honor to lead a group of pilgrims weekly through the excavations beneath St. Peters Basilica in Rome to the tomb of St. Peter. We walked down a 1st century roman road and peered into ancient mausoleums in a pagan necropolis finding signs of the hidden Christian community all the while working our way closer and closer to the center of the basilic where we would eventually stop at the final resting place of St. Peter and pray. After doing this at least once or twice a week for 3 1/2 years, I formed a strong devotion to St. Peter, reflected upon his varied life, many faults and amazing faith. Today we celebrate the Solemnity of Sts Peter and Paul, the two princes of the Apostles. Peter on whose confession the Church has been founded and St. Paul on whose testimony the known world was evangelized. Peter was a simple fisherman, who then Christ challenged to become a shepherd, herding God's flock. Paul was a Pharisee and persecutor of Christians who then became a persecuted member of that same Way. Both are men of great contradiction and yet by faith became two of the most important witnesses of Christ in the early church. They were imperfect sinners who were perfected by God's grace and humbled to become tools in the hand of God. Through their preaching, intercession and witness the Gospel of Jesus Christ became more well known and through their martyrs death they finally returned to Jesus had hand-picked them both to aid in His sacred mission. ............................................................................................................................................................. Cuando estaba en el seminario en Roma, tuve el honor de guiar a un grupo de peregrinos semanalmente a través de las excavaciones debajo de la Basílica de San Pedro en Roma hasta la tumba de San Pedro. Caminamos por una calzada romana del siglo I y observamos los antiguos mausoleos en una necrópolis pagana encontrando signos de la comunidad cristiana oculta mientras nos abríamos camino cada vez más cerca del centro de la basílica, donde finalmente nos detendríamos en el lugar de descanso final de San Pedro y reza. Después de hacer esto al menos una o dos veces por semana durante tres años y medio, formé una fuerte devoción a San Pedro, reflexioné sobre su vida variada, muchas faltas y una fe asombrosa. Hoy celebramos la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, los dos príncipes de los Apóstoles. Pedro en cuya confesión se ha fundado la Iglesia y San Pablo en cuyo testimonio se evangelizó el mundo conocido. Pedro era un simple pescador, a quien entonces Cristo desafió a convertirse en pastor, pastoreando el rebaño de Dios. Pablo era fariseo y perseguidor de cristianos que luego se convirtió en miembro perseguido de ese mismo Camino. Ambos son hombres de gran contradicción y, sin embargo, por fe se convirtieron en dos de los testigos más importantes de Cristo en la iglesia primitiva. Eran pecadores imperfectos que fueron perfeccionados por la gracia de Dios y humillados para convertirse en herramientas en la mano de Dios. A través de su predicación, intercesión y testimonio, el Evangelio de Jesucristo se hizo más conocido y, a través de la muerte de sus mártires, finalmente regresaron a Jesús, los había elegido a ambos para ayudar en Su sagrada misión.