(I am out of the parish through Thursday June 23) This year is interesting since we have to move the Nativity of John the Baptist forward one day and celebrate it on June 23rd, since June 24th this year will be the Sacred Heart of Jesus. It is not often that one Solemnity takes precedent over another Solemnity, but that is what will happen this week. As a Catholic Church we love to celebrate birthdays. In fact, most feast days of the saints are celebrated on the day they were "born" into Eternal Life that is the day of their death. When the Church speaks of birthdays, it is almost always in the context of someone being born into eternity, not into this world of our material mortality. There are just 3 notable exceptions. 3 individuals who births were so impactful and important to all humanity that the Church celebrates their birth into this material world. Those three are Jesus Christ, whose birthday is obviously Christmas Day, Dec 25th. Mary, the Mother of God, whose birthday is Sept 8. and finally, the third is St. John the Baptist, whose birthday, June 24th. It makes sense that Jesus's birthday was such a pivotal moment in Human history that is should be celebrated, as well as by extension we can see the importance of the Nativity of the Blessed Virgin Mary. Why St. John the Baptist? These are the only three people to born into the world completely free from all sin, including the original sin of Adam and Eve, Jesus, as God, was and is sinless. Mary was preserved from the moment of her conception from original sin. John the Baptist was "baptized" and set free from original sin when he encountered Jesus while still in the womb of Elizabeth, He encountered Jesus and was baptized by His sacred presence 6 months before he was born into this world. Making him the only other human person besides Mary to have been born into this world free from the stain of original sin. Thus, it is fitting that we celebrate this miraculous and most sacred birth. ............................................................................................................................................................. (Estoy fuera de la parroquia hasta el jueves 23 de junio) Este año es interesante ya que tenemos que adelantar un día la Natividad de Juan Bautista y celebrarla el 23 de junio, ya que el 24 de junio de este año será el Sagrado Corazón de Jesús. No es frecuente que una Solemnidad tenga precedencia sobre otra Solemnidad, pero eso es lo que sucederá esta semana. Como Iglesia Católica nos encanta celebrar los cumpleaños. De hecho, la mayoría de las fiestas de los santos se celebran el día en que "nacieron" a la Vida Eterna, que es el día de su muerte. Cuando la Iglesia habla de cumpleaños, casi siempre es en el contexto de alguien que nace en la eternidad, no en este mundo de nuestra mortalidad material. Solo hay 3 excepciones notables. 3 personas cuyos nacimientos fueron tan impactantes e importantes para toda la humanidad que la Iglesia celebra su nacimiento en este mundo material. Esos tres son Jesucristo, cuyo cumpleaños es obviamente el día de Navidad, el 25 de diciembre. María, la Madre de Dios, cuyo cumpleaños es el 8 de septiembre y, finalmente, el tercero es San Juan Bautista, cuyo cumpleaños es el 24 de junio. Tiene sentido que el cumpleaños de Jesús fuera un momento tan crucial en la historia humana que debería celebrarse, y por extensión podemos ver la importancia de la Natividad de la Santísima Virgen María. ¿Por qué San Juan Bautista? Estas son las únicas tres personas que nacieron en el mundo completamente libres de todo pecado, incluido el pecado original de Adán y Eva, Jesús, como Dios, fue y es sin pecado. María fue preservada desde el momento de su concepción del pecado original. Juan el Bautista fue "bautizado" y liberado del pecado original cuando se encontró con Jesús mientras aún estaba en el vientre de Isabel. Se encontró con Jesús y fue bautizado por Su sagrada presencia 6 meses antes de nacer en este mundo. Haciéndolo la única otra persona humana además de María que ha nacido en este mundo libre de la mancha del pecado original. Por lo tanto, es apropiado que celebremos este nacimiento milagroso y sagrado.