As we celebrate today the Immaculate Heart of Mary, we read in the Gospel, "and his mother kept all these things in her heart." St. Augustine argues that Mary was more blessed in having borne Christ in her heart than in having born Him in the flesh. In this, he is trying to remind us that the greatest act we can possibly do is to Love Jesus, to bear Him into our hearts and to unite ourselves must fully to Him in loving assent of our will to His. "Mary was more blessed in accepting the faith of Christ than in conceiving the flesh of Christ. To someone who said, “Blessed is the womb that bore you,” [Jesus] replied, “Rather, blessed are they who hear the word of God and keep it.” Finally, for His brothers, His relatives according to the flesh who did not believe in Him, of what advantage was that relationship? Even her maternal relationship would have done Mary no good unless she had borne Christ more happily in her heart than in her flesh." - St. Augustine ............................................................................................................................................................. Al celebrar hoy el Inmaculado Corazón de María, leemos en el Evangelio, "y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón". San Agustín sostiene que María fue más bendecida por haber llevado a Cristo en su corazón que por haberlo nacido en la carne. En esto, está tratando de recordarnos que el acto más grande que podemos hacer es amar a Jesús, llevarlo a nuestro corazón y unirnos plenamente a Él en amoroso asentimiento de nuestra voluntad a la Suya. "María fue más bienaventurada al aceptar la fe de Cristo que al concebir la carne de Cristo. A alguien que dijo:" Bienaventurada la matriz que te dio a luz ", [Jesús] respondió:" Más bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios ". Dios y guárdalo ". Finalmente, para sus hermanos, sus parientes según la carne que no creían en él, ¿de qué ventaja era esa relación? Incluso su relación maternal no le habría hecho ningún bien a María si no hubiera llevado a Cristo más felizmente en su corazón que en su carne. . " - San Agustín