In the Letter to the Hebrews in today's first reading we encounter a specification or distinction that St. Paul consistently makes when speaking about the human person. "The word of God is living and effective, sharper than any two-edged sword, penetrating even between soul and spirit, joints and marrow, and able to discern reflections and thoughts of the heart." St. Paul likes to draw a contrast between Spirit and Soul. it is important to realize that most often we can use the terms Spirit and Soul relatively interchangeably without causing much issue. St. Paul however draws us a fine distinction. In humans. the soul is an individual's animating life force, it is unique to each person and along with the body is what makes each and every person unique, unrepeatable and irreplaceable. The spirit is the capacity of the person (body and soul) to connect to the creator. Therefore it is fair to say that we human beings have spiritual souls that are united to material bodies, or in other words, the souls given to us have a capacity for relation with God. "In Sacred Scripture the term "soul" often refers to human life or the entire human person. But "soul" also refers to the innermost aspect of man, that which is of greatest value in him, that by which he is most especially in God's image: "soul" signifies the spiritual principle in man. The human body shares in the dignity of "the image of God": it is a human body precisely because it is animated by a spiritual soul, and it is the whole human person that is intended to become, in the body of Christ, a temple of the Spirit." CCC #363-364 ............................................................................................................................................................. En la Carta a los Hebreos en la primera lectura de hoy encontramos una especificación o distinción que San Pablo hace constantemente cuando habla de la persona humana. "La palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que cualquier espada de dos filos, penetra incluso entre el alma y el espíritu, las coyunturas y la médula, y es capaz de discernir los reflejos y pensamientos del corazón". A San Pablo le gusta establecer un contraste entre Espíritu y Alma. Es importante darse cuenta de que la mayoría de las veces podemos usar los términos Espíritu y Alma de manera relativamente intercambiable sin causar muchos problemas. San Pablo, sin embargo, nos hace una fina distinción. Inhumanos. el alma es la fuerza vital que anima al individuo, es única para cada persona y junto con el cuerpo es lo que hace que todas y cada una de las personas sean únicas, irrepetibles e insustituibles. El espíritu es la capacidad de la persona (cuerpo y alma) para conectarse con el creador. Por tanto, es justo decir que los seres humanos tenemos almas espirituales que están unidas a cuerpos materiales, es decir, las almas que nos han sido dadas tienen capacidad de relación con Dios. "A menudo, el término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana (cf. Mt 16,25-26; Jn 15,13) o toda la persona humana (cf. Hch 2,41). Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10,28; 2M 6,30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio espiritual en el hombre. El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu." Catecismo de la Iglesia Catolica #363-364