St. Marcellinus and St. Peter are two saints whom we know very little about. Marcellinus was a priest and Peter was an exorcist. The story goes that they both were arrested and jailed during the persecution of the Christians under emperor Diocletian around 304 AD. Their jailor Artemius had a daughter who was sick and possessed by a demon, Peter healed her by expelling the demon and Artemius, his daughter, and his wife were all instructed and received baptism by Marcellinus. Over the course of their imprisonment they were given multiple opportunities to renounce Christ and be set free but always refused. They both had become very popular, so they were executed in secret and buried in secret to try to prevent their deaths from inspiring more Christians. Despite this several years later their burial site was discovered and the Christians gathered a crowd, re-interred the bodies in the Roman Catacombs, that now bear their names. The main source for both locating the bodies and the stories of their lives is from their executioner, who later repented for having killed them and converted to Christianity. They are both mentioned in the 1st Eucharistic Prayer, the Roman Canon, in the list of martyrs of Rome. St. Marcellinus and St. Peter, pray for us. .............................................................................................................................................................. San Marcelino y San Pedro son dos santos de los que sabemos muy poco. Marcelino era sacerdote y Pedro era exorcista. La historia cuenta que ambos fueron arrestados y encarcelados durante la persecución de los cristianos bajo el emperador Diocleciano alrededor del año 304 d.C. Su carcelero, Artemio, tenía una hija que estaba enferma y poseída por un demonio, Pedro la curó expulsando al demonio y Artemio, su hija y su esposa fueron todos instruidos y recibieron el bautismo de Marcelino. En el transcurso de su encarcelamiento, se les dieron múltiples oportunidades para renunciar a Cristo y ser puestos en libertad, pero siempre fueron rechazadas. Ambos se habían vuelto muy populares, por lo que fueron ejecutados en secreto y enterrados en secreto para tratar de evitar que sus muertes inspiraran a más cristianos. A pesar de esto, varios años después se descubrió su lugar de enterramiento y los cristianos reunieron una multitud, volvieron a enterrar los cuerpos en las catacumbas romanas, que ahora llevan sus nombres. La fuente principal tanto para la localización de los cuerpos como para las historias de sus vidas es de su verdugo, quien luego se arrepintió de haberlos matado y se convirtió al cristianismo. Ambos están mencionados en la 1ª Plegaria Eucarística, el Canon Romano, en la lista de los mártires de Roma. San Marcelino y San Pedro, rueguen por nosotros.